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martes, 2 de junio de 2015

"...Estuve a punto de palmar. A los otros capitanes compañeros los fusilaron al día siguiente delante de mí": La Memoria al servicio de la Justicia. Día 153

«Cuando cayó Bilbao, mi batallón se entregó entero, formado. Pero yo soy muy cobarde y no me entregué como capitán, sino como gudari solitario, es decir, me arranqué las estrellas y me presenté como soldado raso. Aun así estuve a punto de palmar. A los otros capitanes compañeros los fusilaron al día siguiente delante de mí. Yo me libré por influencias. Ni siquiera me juzgaron».

Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, más conocido por su nombre literario, "Gabriel Celaya" (Hernani, Guipuzcoa, 1911 - Madrid, 1991),
ingeniero, capitán republicano, autor, fue uno de los representantes de la poesía social de postguerra. Fue preso por los franquistas tras la caída de Bilbao, en la parodia de ceremonia arriba relatada. Sobrevivió como él mismo contaba, desprendiéndose de los rasgos distintivos de oficial republicano. Gracias a sus estrechas relaciones con la hija de un alto oficial de los franquistas con la que se casó, pudo conseguir que en el campo de concentración de Palencia fuera clasificado como "Afecto al Movimiento"y enrolado en el ejército golpista, en el que alcanzó el rango de teniente ingeniero provisional. En 1946 se separa de hecho de la hija del alto mando franquista al que Celaya conceptúa como gobernador militar de Guipuzcoa, rompe con su profesión de ingeniero y con la empresa familiar, marcha a vivir con su compañera Amparo Gastón y funda con ella una colección editorial de poesía, sentimental y muy crítica con el entorno. Con estos antecedentes, no ha de extrañar entonces que quizás fuera Gabriel Celaya uno de los máximos exponentes de aquellos intelectuales y progresistas que durante la sanguinaria dictadura vivieron en un perpetuo y para muchos eterno exilio interior. Había que callar. Y había que hablar comedidamente y romper las murallas de Jericó o de aquella sociedad de plomo franquista sin que las trompetas atronaran en demasía, no fuera que se volvieran en contra del intérprete. Nadar y guardar la ropa, como hicieron tantos millones de oprimidos de aquel entonces.

Gabriel Celaya murió el 18 de abril de 1991 en Madrid. Sus cenizas fueron esparcidas en su Hernani natal.



Prisioneros republicanos. Las dos primeras fotografías de entrada, a la izquierda, suelen ser conceptuadas en diferentes publicaciones como tomadas en Santander. En esta página de "Fotos" reproducida de todocoleccion.net se expresa inequivocamente que proceden de la caída del frente catalán. Fuente: "FOTOS, Semanario Nacionalsindicalista", nº 100, 29 de enero de 1939.